Thomas Stocker, Coordinador del grupo sobre Bases Físicas del cambio climático del último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU; Anny Cazenave, autora principal de los informes de evaluación 4º y 5º del IPCC y catedrática de Desarrollo Sostenible, Medio Ambiente, Clima y Sociedad del Collège de France; Josef Settele, Director del Grupo de Investigación de Ecología Animal y Socioecología de la Universidad Martín Lutero de Halle-Wittenberg; Peter Raven, Presidente emérito del Jardín Botánico de Missouri y profesor emérito de botánica “George Engelmann” de la Universidad de Washington en St. Louis; Emilio Chuvieco, Director del Seminario y de la Cátedra de Ética Ambiental de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno-Universidad de Alcalá; Hilary Marlow, Directora del Instituto Faraday para la Ciencia y la Religión y profesora de la Universidad de Cambridge; Sigurd Bergmann, Presidente del Foro Europeo sobre Religión y Medio Ambiente; Celia Deane-Drummond; Profesora de Teología en la Universidad de Notre Dame; Josep Maria Mallarach, Consultor ambiental independiente; Nanditha Krishna, Presidenta y Fundadora del Centro de Excelencia en Educación Ambiental del Gobierno de la India; Wael Farouq, Profesor visitante en la Universidad Católica de Milán; Mons. Marcelo Sanchez Sorondo, Arzobispo-presidente de la Academia Pontificia de las Ciencias; Yonatan Neril, Rabino de Jerusalén y Fundador del Centro Interreligioso para el Desarrollo; Swamini Umananda, Monja hinduista; P. Lluc Torcal, Procurador General de los Cistercienses; Petar Gramatikov Plovdiv , Archidiácono ortodoxo búlgaro, y Chimey Lhatso, Monja budista.

En la imagen: Thomas Stocker, Coordinador del grupo sobre Bases Físicas del cambio climático del último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU; Anny Cazenave, autora principal de los informes de evaluación 4º y 5º del IPCC y catedrática de Desarrollo Sostenible, Medio Ambiente, Clima y Sociedad del Collège de France; Josef Settele, Director del Grupo de Investigación de Ecología Animal y Socioecología de la Universidad Martín Lutero de Halle-Wittenberg; Peter Raven, Presidente emérito del Jardín Botánico de Missouri y profesor emérito de botánica “George Engelmann” de la Universidad de Washington en St. Louis; Emilio Chuvieco, Director del Seminario y de la Cátedra de Ética Ambiental de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno-Universidad de Alcalá; Hilary Marlow, Directora del Instituto Faraday para la Ciencia y la Religión y profesora de la Universidad de Cambridge; Sigurd Bergmann, Presidente del Foro Europeo sobre Religión y Medio Ambiente; Celia Deane-Drummond; Profesora de Teología en la Universidad de Notre Dame; Josep Maria Mallarach, Consultor ambiental independiente; Nanditha Krishna, Presidenta y Fundadora del Centro de Excelencia en Educación Ambiental del Gobierno de la India; Wael Farouq, Profesor visitante en la Universidad Católica de Milán; Mons. Marcelo Sanchez Sorondo, Arzobispo-presidente de la Academia Pontificia de las Ciencias; Yonatan Neril, Rabino de Jerusalén y Fundador del Centro Interreligioso para el Desarrollo; Swamini Umananda, Monja hinduista; P. Lluc Torcal, Procurador General de los Cistercienses; Petar Gramatikov Plovdiv , Archidiácono ortodoxo búlgaro, y Chimey Lhatso, Monja budista.

 

Científicos y líderes religiosos de 15 países y 8 confesiones religiosas acordaron una Declaración para fomentar la colaboración de la Ciencia y las principales religiones en la conservación del Medio Ambiente, como colofón del Seminario Internacional de Ciencia y Religiones por el Medio Ambiente (ISSREC), celebrado en el Santuario de Torreciudad (Huesca), los pasados días 20 y 21.

La Declaración enfatiza la importancia del diálogo entre la ciencia y la religión para conseguir decisiones efectivas en la solución de los problemas ambientales. Por un lado, “la ciencia juega un papel decisivo en la comprensión de los problemas ambientales, monitorizando tendencias y proyectando resultados futuros”, pero por otro, “la ciencia por sí sola no puede resolver la crisis ecológica actual ya que se necesita una cooperación más estrecha con actores que afectan a las actitudes sociales y las decisiones medioambientales”. En este sentido, se pone de manifiesto que “las religiones y tradiciones espirituales son la fuente más antigua de valores morales y de inspiración para el comportamiento” y que “las comunidades religiosas y espirituales tienen un papel destacado en la educación de los jóvenes en todo el mundo”. Por eso, “se requiere una cooperación más estrecha entre los científicos y los líderes religiosos en la promoción de la conciencia ambiental y de las acciones concretas”.

El Seminario, dirigido por Emilio Chuvieco y organizado por la Cátedra de Ética Ambiental Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno-Universidad de Alcalá y la Fundación Promoción Social de la Cultura, giró en torno a las enseñanzas de la encíclica Laudato Si del Papa Francisco, al cumplirse un año de su publicación.

El Papa Francisco envió un mensaje a los participantes deseando que el Seminario “sirva para favorecer el diálogo científico e interreligioso sobre el cuidado de la Casa Común y fomentar esfuerzos conjuntos para promover una conciencia más solidaria por el bien de todos y cada uno de los hombres”.

Al clausurar el Seminario, todos los participantes plantaron un olivo en el Santuario de Torreciudad, como un símbolo natural del compromiso de las diversas tradiciones religiosas y de la comunidad científica en la conservación del medio ambiente.
El seminario comenzó con un análisis científico de la situación ambiental. Thomas Stocker, coordinador del grupo sobre Bases Físicas del cambio climático del último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU, explicó las bases científicas del cambio climático. Anny Cazenave, Directora de Ciencias de la Tierra en el Instituto Internacional de Ciencia Espacial (Berna, Suiza), describió los problemas ambientales de las aguas interiores y océanos. Peter H. Raven, científico experto en botánica de la Universidad de Washington en St. Louis, alertó con cifras sobre la pérdida de biodiversidad y Josef Settele, profesor de Ecología en la Universidad Martín Lutero de Halle-Wittenberg, explicó los problemas de la interrelación de la agricultura y los ecosistemas.

Los expertos en ética ambiental protagonizaron las ponencias de la mesa “la creación en crisis: dimensiones de la crisis ecológica”. Celia Deane-Drummond, de la Universidad de Notre Dame, habló de la estrecha relación entre la justicia ecológica y la justicia ambiental. Sigurd Bergman, profesor del Departamento de Filosofía y Estudios Religiosos en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología de Trondheim, disertó sobre la pobreza y la sociedad del postcrecimiento. Josep Mallarach, de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, abordó la cuestión de la conservación de los espacios sagrados. Hillary Marlow, directora del Instituto Faraday para la Ciencia y la Religión, y Profesora Asociada de la Facultad de Teología de la Universidad de Cambridge, puso de manifiesto los valores éticos y bíblicos para la conservación de la naturaleza en la tradición cristiana. El profesor Wal Farouk, egipcio, presidente del Centro Cultural Tawasul para el Diálogo Inter-civilizaciones expuso sobre los valores ambientales en las sociedades islámicas. Naditha Krishna, profesora de la Universidad de Madrás (India) por su parte, explicó los valores éticos y culturales de la tradición hindú, para el cuidado de la naturaleza.

Los líderes religiosos aportaron sus visiones específicas en la mesa moderada por el arzobispo-presidente de la Academia Pontificia de las Ciencias Mons. Marcelo Sanchez Sorondo, y dedicada a “la espiritualidad ecológica, líneas de aproximación y acción para una ecología integral”. El rabino de Jerusalén Yonatan Neril, fundador del Centro Interreligioso para el Desarrollo; la monja budista Tsunma Karma Chimey Lhatso; el Procurador General de los Cistercienses, P. Lluc Torcal; el archidiácono ortodoxo búlgaro, Petar Gramatikov Plovdiv y la monja hinduista Swamini Umananda, pudieron destacar las aportaciones de cada una de sus tradiciones religiosas a la conservación de la naturaleza